CON MOTIVO DE CONMEMORARSE EL PRÓXIMO 30 DE JUNIO EL BICENTENARIO DE LA PREFECTURA NAVAL ARGENTINA COMO INSTITUCION DE LA PATRIA Y AUTORIDAD MARÍTIMA NACIONAL, LA PREFECTURA PUERTO DESEADO INFORMA:
El 12 de octubre de 1492, el Almirante de la Real Armada Española Don Cristóbal Colón, descubre las primeras tierras del “Nuevo Mundo” que con el correr del tiempo, reciben el nombre de “América” en honor al navegante italiano Américo Vespucio. Con este descubrimiento, se inicia una carrera entre las coronas de España y Portugal para apoderarse de estos territorios.
El 7 de junio de 1494 España y Portugal, firman el Tratado de Tordesillas, estableciéndose el límite entre ambas potencias en 370 leguas al poniente de las Islas “Azores”, quedando de esta manera el territorio de lo que será el Brasil en manos de Portugal, siendo este tratado un triunfo rotundo de la diplomacia lusitana. Son numerosas las expediciones en que se embarcan españoles y portugueses, con miras a tomar posesión y colonizar las nuevas tierras. Esta necesidad de formalizar “asentamientos”, por parte de las autoridades españolas en los vastos territorios del Río de la Plata, motivan que el 19 de julio de 1534, su Majestad Carlos V - Rey de España nombre a Don Pedro de Mendoza Adelantado, Gobernador y Capitán General de las Provincias del Río de La Plata. El 3 de febrero de 1536 arriban a las costas del Plata las naves de su armada, fundando ese mismo día una población que denominó “Puerto de Nuestra Señora Santa María del Buen Ayre” en un paraje alto sobre la costa oriental del río, en inmediaciones de la desembocadura del riachuelo. Al “Adelantado” le correspondía ejercer todos aquellos cargos que la legislación española daba para su territorio y los correspondientes a su reino; como consecuencia de ello, entre sus funciones, estaban las que correspondían al de “Capitán de Puerto” en la península hispánica. El 11 de junio de 1580, Don Juan de Garay, concreta la segunda y definitiva fundación de la ciudad, dándole el nombre de “Ciudad de la Santísima Trinidad del Puerto de Santa María de Buen Ayre”.
La complicación de las normas que se dictaban desde Sevilla, encontraba su máximo exponente en la política seguida con Buenos Aires. De acuerdo con la orientación general, todo el comercio se debía realizar a través de los galeones y ferias de Cartagena, Portobelo y Panamá. Para obtener un mejor control, se impidió todo tipo de comercio sin licencia especial. La proximidad del Brasil alentaba el tráfico ilegal. Tan delicada llegó a ser la situación, que Felipe III autorizó durante seis años la importación y exportación de productos. La hostilidad de Sevilla y Lima hacia Buenos Aires, determinó la perpetuación del sistema prohibitivo y monopólico, hasta el decreto sobre libertad de comercio para la zona del Río de la Plata dado por el Rey Carlos III en el año 1778.
El desarrollo que con el correr de los años va cobrando la actividad comercial y marinera en el puerto de Buenos Aires, motiva la necesidad de disponer de un servicio de vigilancia eficiente para detectar la presencia de piratas y corsarios cuya posible e imprevista aparición mantenía permanentemente aterrorizada a la población, sumado al otro flagelo que hacía estragos en la economía de las arcas reales, que era el pernicioso contrabando que en la zona del Río de la Plata se había establecido en grandes proporciones, por ello las autoridades hispánicas se ven en la necesidad de implementar un sistema de control policial - portuario y ribereño- instaurándose entonces las denominadas “Capitanías de Puerto”. Con tal propósito, el 8 de enero de l756, por real cédula del Rey Fernando VI se nombra “Capitán del Puerto de Buenos Aires”, al Piloto Práctico Mayor del Río de La Plata, Don Juan Antonio Guerreros. A quien lo sucedieron en el cargo distintas autoridades. El primero de julio de 1805, es nombrado “Ayudante de la Capitanía de Puerto” (segundo en antigüedad) el Alférez de Fragata de la armada española Don Martín Jacobo José Thompson, quien a la sazón había nacido en Buenos Aires, un 23 de abril de 1777. Posteriormente, queda “a cargo interinamente” de la Capitanía de Puerto de Buenos Aires, participando activamente en la defensa de la ciudad, durante las invasiones inglesas ocurridas en 1806 y 1807.
Al producirse la Revolución de Mayo, las primeras autoridades argentinas conformaron la estructura básica del gobierno a fin de afianzar sus objetivos políticos, razón por la cuál deciden incorporar al nuevo estado, a aquellas instituciones que por sus funciones consideraron necesarias para su adecuado funcionamiento. Entre ellas, estuvo la Capitanía de Puerto (génesis de la actual Prefectura Naval Argentina).
En este contexto, el primer Gobierno Patrio, mediante un decreto del 25 de junio de 1810, dispuso que tanto el criollo Martín Jacobo José Thompson, Capitán de Puerto de Buenos Aires, como el español José Laguna, Subdelegado de Marina, se abstuvieran de obedecer a la autoridad española en Montevideo y confirmaran su decisión de continuar ejerciendo dichos cargos bajo las pautas establecidas por las autoridades revolucionarias.
Thompson, fiel a su posición de ferviente impulsor de la Revolución de Mayo, optó por proseguir con las responsabilidades asignadas al frente de la Capitanía de Puerto.
El nombramiento de Thompson fue confirmado por decreto del 30 de junio de 1810 de la Primera Junta, redactado por el Dr. Mariano Moreno, secretario de Gobierno y Guerra de la misma, encomendándole, además, el ejercicio de las funciones del renunciante Laguna. Este hito histórico, que equivale al acta de nacimiento oficial de la actual PREFECTURA y que convirtió al posteriormente Coronel Thompson en el primer Prefecto Nacional Naval, enmarca la celebración del “Día de la Prefectura Naval Argentina”, el 30 de Junio de cada año.
Es un informe SUMINISTRADO POR la Prefectura Naval Argentina, Prefectura Puerto Deseado.-
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